Hijo de una modesta familia, fue criado por su madre ya que su padre y su padrastro lo abandonaron tempranamente. Nació en la calle Agustinas, en las inmediaciones del centro de Santiago y después su pequeña familia se trasladó a la calle San Diego.
Volcado tempranamente a la poesía, la mayor parte de su obra, fue escrita entre 1912 y 1915. Durante sus primeros años, Gómez Rojas estuvo vinculado con sectores del cristianismo protestante que se oponían al papel tutelar y autoritario que ejercía la Iglesia Católica en la sociedad chilena. Pero pronto se acercó al "anarquismo intelectual" y escribió influenciado por Nietzsche y D'Annuncio. Opera Omnia, uno de sus textos, inédito hasta hace algunos años, revela esta evolución a veces contradictoria frente a la que se declaraba como un poeta "simultáneo y unimúltiple".
Participó de varios grupos de intelectuales y artistas de la década de 1910, Los Caimanes, Los Diez y Los Inmortales. En este último mantuvo una relación de amistad con los escritores, Manuel Rojas y José Santos González Vera, a quienes incitó a escribir tempranamente. Afortunadamente le hicieron caso y con el tiempo se consagraron como algunos de los mejores prosistas del siglo XX tanto, que ambos recibieron el Premio Nacional de Literatura. Desde su prematura muerte ambos escribieron sobre la obra y personalidad de su malogrado amigo.
Su único libro, publicado en vida, en 1913, en medio de la efervescencia social que exigía cambios a la sociedad oligárquica chilena, fue Rebeldías líricas. Cuando era estudiante del Instituto Pedagógico y de la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile, Gómez Rojas participó tangencialmente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile pero su militancia más orgánica fue en la Asamblea de la Juventud Radical, organización del sistema político en la que convergían muchos jóvenes revolucionarios de la época. Además, estuvo vinculado simultáneamente a la Federación Obrera de Chile (socialista) y a la sección chilena de la IWW anarquista.
Protestas De Piedad (fragmento)
En esta Cárcel donde los hombres me trajeron,
en donde la injusticia de una ley nos encierra:
he pensado en tumbas en donde se pudrieron
magistrados y jueces que hoy son polvo en la tierra (...)
Creyeron ser la mano de Dios sobre la tierra,
la ira santa, la hoguera y el látigo encendido,
hoy duermen olvidados bajo el sopor que aterra,
silencio, polvo, sombra, ¡olvido! ¡olvido! ¡olvido!
José Domingo Gómez Rojas, (durante su reclusión)
Reclusión y muerte
En julio de 1920, en el contexto de la elección presidencial de Arturo Alessandri Palma, la oligarquía desató una violenta represión destinada a dividir la base social obrera de los estudiantes. Muchos de ellos se mostraban proclives al candidato liberal, pero, a la vez, le hacían fuertes críticas. José Domingo Gómez Rojas fue apresado después del asalto a la Federación de Estudiantes el 21 de ese mes, en el marco del "Proceso a los subversivos", que perseguía a obreros y estudiantes ácratas. En la cárcel fue sometido a torturas y hostigamientos constantes. En esta situación su salud mental comenzó a resentirse; entonces se lo incomunicó en una celda especial, donde también su cuerpo manifestó los efectos de la reclusión y los abusos.
Detenido en la penitenciaría, fue transferido posteriomente a la Casa de Orates, donde, luego de una meningitis no diagnosticada a tiempo, enloqueció y falleció el 29 de septiembre de 1920. A su funeral asistieron más de 40.000 personas, demostrando la enorme crisis social, política, económica y cultural a que la oligarquía dominante tenía sometido al país. Su poema Protestas de Piedad, escrito durante su reclusión en la cárcel, leído y difundido durante su funeral se transformó en un símbolo de los grupos anarquistas y pacifistas contra la oligarquía que dominaba el país.
No hay comentarios:
Publicar un comentario